martes, 15 de enero de 2013

Privatizaciones y otros asuntos de esta crisis



Desde hace ya un tiempo venimos acostumbrados a observar la progresiva privatización de algunos servicios públicos, o la pretensión de colocarlos en manos privadas. Seguramente, el hecho más conocido por todos es la intención, por parte de la Comunidad de Madrid, de privatizar o, como dicen los entendidos del liberalismo, la externalización de la gestión de hospitales. Sin lugar a dudas el PP está aprovechando los presupuestos para introducir una disposición que permite el fin de la gestión pública directa en los hospitales.

También, hemos sido testigos de las diferentes movilizaciones, la llamada marea blanca, que ha echado un pulso a los padres de la ley de privatización sanitaria. Lo cierto, y es que a pesar de las supuestas ventajas de dicha privatización, nadie ha puesto sobre la mesa datos y cifras fiables que respalden esta afirmación. 


En este juego de intereses entra en escena la famosa empresa Capio, compañía sanitaria líder en gestión de hospitales, que en 2005 fue rechazada por Cruz Roja como compradora de sus clínicas, y que pretende ganar para sí la gestión de algunos centros sanitarios.

Ante estos acontecimientos uno puede hacerse varias preguntas retorcidas y con muy mala intención: ¿estas empresas privadas gestoras de un servicio público pueden endeudarse como cualquier empresa privada? ¿Dónde queda entonces el control de gasto? Otra cuestión importante,  si los hospitales fueron construidos en un suelo público ¿por qué se cede su gestión a una entidad privada para convertirlo en un centro privado? ¿Es legal? 

La famosa compañía Capio pertenece a un opaco fondo de inversión llamado CVC, que lógicamente como buenos tiburones de los negocios, buscan rendimientos a sus inversiones. Sabemos además que ya dirige varios hospitales de la sanidad pública y que, atención, tiene su sede en el tercer paraíso fiscal más opaco del mundo: Luxemburgo. Capio recibe el 25% de sus ingresos proceden de la sanidad privada, a través de aseguradoras como Adeslas, Mapfre y Sanitas; y el 75% restante lo obtiene de la sanidad pública gestionada por gobiernos regionales.


Ciertamente, la privatización del sistema público de salud español que planean el Gobierno de Rajoy y el PP se está llevando a cabo con un gran oscurantismo, sin transparencia alguna, algo de lo que presumen.

En cualquier caso, resulta chocante y muy complicado entender cómo una empresa privada puede gestionar un servicio público tan básico como la sanidad sin tener ninguna pretensión de sacar beneficios, tan sólo de hacer eficaz su gestión. Ello supone también, no olvidemos, menospreciar la gestión pública de los servicios, que en muchos casos ciertamente no son los mejores, pero creo que también tiene mucho que ver la injerencia de la política en todos los ámbitos de la gestión.

Por otro lado, y referido así mismo a la sanidad, nos encontramos con otro hecho sonrojante, y es que se temía la exclusión de un colectivo de la asistencia sanitaria: el de los inmigrantes sin papeles. Recientemente hemos conocido la noticia de que el  Tribunal Constitucional ha avalado la atención sanitaria universal, algo que aparece recogido en la Constitución, ese libro de ficción del que tanto hablan algunos, de inspiración divina e intocable. Por tanto, las aspiraciones del ejecutivo de Rajoy parecen haberse frenado, al menos en este asunto.

Como decimos, uno de los puntos clave de la reforma sanitaria que el Gobierno aprobó en abril es la exclusión de la asistencia normalizada de los extranjeros en situación irregular. Un punto que, por ejemplo, el gobierno de Euskadi trató de sortear con un decreto que fue recurrido ante el Constitucional por el Ejecutivo de Rajoy.

Y es que, pretender retirar la tarjeta de atención sanitaria a ciertos inmigrantes llamados ilegales, como si algunas personas fueran más legales que otras, a todas luces parece una medida más propia de un gobierno de extrema derecha. .

Con la excusa del “turismo sanitario” el gobierno pretendía cobrar unas cantidades de dinero desorbitadas a los inmigrantes en situación irregular que requiriesen una atención sanitaria. Así es como el gobierno pretende garantizar el acceso a la sanidad de todos los seres humanos que habitan el Reino de España. 


Y si no teníamos suficiente con todas estas medidas tan ocurrentes, a mayores tenemos que tragar, porque la realidad así se lo impone al gobierno, con el copago o repago farmacéutico, el famoso euro por receta aplicado en algunas comunidades y el pago por el traslado en ambulancia para los casos no urgentes a los hospitales, como si de taxis se tratasen. Ante estas medidas he de descubrirme ante nuestros políticos, que se ven obligados también por los presupuestos “más sociales de la historia de la democracia” a tomar medidas impopulares por el interés general, así, sin tapujos y sin vergüenza torera.

Existe una corriente de pensamiento bastante crítica que afirma que  todo este asunto de las privatizaciones de servicios y prestaciones hunde sus raíces en algo mucho más profundo que la crisis actual. La destrucción del llamado Estado de Bienestar está estrechamente relacionado con el escenario actual donde el capitalismo no tiene ninguna alternativa que lo cuestione. Me refiero a que, después de la II Guerra Mundial, cuando la mayor parte de Europa estaba devastada por la guerra, los países capitalistas y liberales van a tratar de reflotar sus estados con el miedo del contagio comunista, como había sucedido en Europa del Este. Este miedo de los países capitalistas les va a llevar a jugar la baza del Estado de Bienestar, es decir, el Estado va a mostrar a su población todas las bondades del capitalismo a través del ofrecimiento de servicios y prestaciones sufragados por las arcas públicas ,que el bloque comunista parecía no ofrecer. 

Si entendemos que una población hundida, mísera, pobre no recibe el suficiente apoyo del estado, puede echarse fácilmente en brazos de  un partido político con un discurso radical, contestatario y que ponga sobre la mesa una alternativa socialista. Precisamente por ese miedo a que el sistema capitalista pueda venirse abajo, los estados van a engatusar al pueblo mediante el Estado de Bienestar. 

Cuando en 1991 desaparece el "peligro" comunista, desaparece también una alternativa al capitalismo, y por tanto, el Estado de Bienestar se convierte en algo innecesario. Desde entonces hasta ahora hemos visto como estos Estados capitalistas y por mandato de los superpoderosos del "mundo libre", es decir, los que poseen las grandes fortunas, las multinacionales, los bancos, han ido privatizando diferentes servicios como telecomunicaciones, energéticos,… hasta llegar a donde nos encontramos donde se pretende privatizar la sanidad y la educación. Porque como ya dijo algún pensador hoy día "innombrable": del capitalismo de libre competencia es muy fácil dar el salto al capitalismo de concentración de la producción en empresas cada vez más grandes, y de ahí es mucho más sencillo pasar al monopolio. Hoy día, son los grandes monopolios del capitalismo los que cabalgan sin freno, nadie les cuestiona, ni los gobiernos, ni los medios de comunicación, ni los ciudadanos, alienados, somnolientos y perplejos por el espectáculo de ilusionismo barato que les ofrecen; y, por tanto, se permiten el lujo de exigir y justificar estas privatizaciones.

Por ello, seguramente lo lógico sería extender y fomentar la cultura de la crítica, del pensamiento propio y no  el de la resignación. Estas oleadas de privatizaciones no nos van a devolver un mundo mejor, no nos van a devolver por gracia de ningún dios un bienestar mayor. Apelemos pues al sentido del ciudadano, de la mayoría para frenar esta barbarie.

miércoles, 9 de enero de 2013

El Charlamento 2013

Empieza un nuevo año y con él mantenemos las ilusiones renovadas para seguir tratando los temas de actualidad de una manera crítica, veraz y sin perder un ápice de sentido del humor. Este año se presenta, sin lugar a dudas, repleto de retos y de noticias interesantes que serán destripadas y analizadas en nuestros intensos debates, a los que por supuesto, vosotr@s, nuestros oyentes, estáis siempre invitados a participar. 

Continuaremos con nuestras secciones más populares. Por un lado, en la sección "mosical", trataremos de dar a conocer nuevos grupos de música de la ciudad y entorno, bandas menos conocidas y estilos de música  poco explorados por casi todos. Por otro lado, continuaremos con la sección más gamberra del programa, la "Sección fake" en la que vosotr@s tenéis un protagonismo principal interactuando con nosotros a través de las redes sociales.

Sin más, os esperamos a tod@s en las ondas los viernes a las 16:30. Que este año os sea muy favorable y que sigáis escuchándonos y ayudándonos como hasta ahora.


viernes, 5 de octubre de 2012

Programa 0

Hoy, viernes 5 de octubre, El Charlamento ha emitido su primer programa en el que hemos hablado sobre el 25S, la supuesta dimisión del alcalde en nuestra Sección Fake, y en el que hemos disfrutado de la música de Napoleón Solo.

Gracias a todos por escucharnos, y os recordamos que mañana a las 12:00h se emitirá la redifusión del programa de hoy en Onda Expansiva.
En breves enlazamos el podcast.


¡Salud, radio y Charlamento!